Las escuelas esotéricas: El Sufismo

A lo largo de la historia de la humanidad siempre han existido grupos selectos de individuos que han buscado lo que podríamos llamar un camino secreto. Un camino que se encuentra más allá del aprendizaje común que brinda una sociedad.

Por eso, en todos los continentes y culturas podemos encontrar escuelas esotéricas, cuyos miembros van en busca de un conocimiento superior, de una sabiduría completa e integral inherente a la vida física y espiritual.

Este conocimiento es fundamentalmente práctico e intuitivo. Y para obtenerlo es necesario despertar ciertas capacidades innatas del ser humano, pero que se hallan dormidas. Ello se logra por medio de técnicas precisas que se transmiten y experimentan en esas escuelas esotéricas. Una de ellas es el sufismo persa. 

“Lo más inefable del misticismo mahometano es el sufismo persa. Este tiene el mérito de luchar contra el materialismo y el fanatismo, así como contra la interpretación a la letra muerta del Korán. Los sufis interpretan el Korán desde el punto de vista esotérico, así como nosotros los gnósticos interpretamos el Nuevo Testamento.”

Lo que más desconcierta a los occidentales es la extraña y misteriosa mezcla de lo erótico con lo místico en la religiosidad oriental y en la mística sufi. La teología cristiana ha considerado a la carne como hostil al Espíritu, pero en la religión musulmana, la carne y el espíritu son dos substancias de una misma energía. Dos substancias que se deben ayudar mutuamente (…) En Oriente, la religión, la ciencia, el arte y la filosofía son enseñadas como lenguaje erótico y exquisitamente sexual. “Mahoma se enamoró de Dios”, dicen los místicos árabes. “Escoge para ti nueva esposa cada primavera del año nuevo, porque el calendario del último año no es bueno”, dice un poeta y filósofo persa. 

Quienes hayan estudiado cuidadosamente el “Cantar de los Cantares”, del sabio Salomón, encontrarán esa delicada mezcla de lo místico con lo erótico.

(…) El amor y la muerte constituyen, de hecho, la base de toda auténtica religión. Los sufis, poetas persas, escribieron sobre el Amor de Dios en expresiones aplicables sobre hermosas mujeres. (…) La idea del sufismo es la unión amorosa del Alma con Dios.

(…) El lenguaje simbólico de los sufis tiene expresiones maravillosas. Sueño, entre ellos, significa meditación. Realmente, la meditación sin sueño daña la mente. Esto lo sabe todo verdadero Iniciado. Hay que combinar el sueño con la meditación. Esto lo saben los sufis. La palabra perfume simboliza esperanza del divino favor; besos y abrazos significan entre ellos, embeleso en la piedad; vino quiere decir conocimiento espiritual, etc., etc.

Los poetas sufis cantaban al Amor, a las mujeres, a las rosas y al vino, y sin embargo muchos de ellos vivían vida de ermitaños.

Los siete estados místicos descritos por los sufis son algo extraordinario. (…) Es urgente despertar la Conciencia y esto sólo es posible durante el éxtasis. (…)

El éxtasis, la experiencia mística, tiene sus principios fundamentados en la Lógica Dialéctica. Esta lógica no puede ser violada jamás. Reflexionemos, por ejemplo, en la Unidad de la experiencia. Este principio existe tanto entre los místicos del Oriente como entre los del Occidente; tanto entre los Hierofantes de Egipto, como entre los sabios sufis, o entre los magos aztecas.

Durante el éxtasis, los místicos parlan en el mismo lenguaje universal, usan las mismas palabras, y se sienten unidos a todo lo creado. Las escrituras sagradas de todas las religiones demuestran los mismos principios. Esto es Lógica Dialéctica. Lógica Superior. Esto prueba que los místicos de todos los países del mundo beben en la misma Fuente de Vida.

Las condiciones de las causas del mundo, otro de los principios de la Lógica Dialéctica, demuestra, con la completa concordancia de datos, exactitud y precisión, realidad y verdad del éxtasis. Los místicos de todas las religiones del mundo concuerdan totalmente en sus afirmaciones sobre las condiciones de las causas del mundo; la concordancia es, pues, perfecta. 

La Unidad de Vida, es otro de los principios de la Lógica Dialéctica. Todo místico en éxtasis percibe y siente la Unidad de la Vida. Las matemáticas del Infinito y de la Lógica Dialéctica, no pueden fallar jamás.”

Samael Aun Weor

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