Elementoterapia: El Arte de Curar a través de los Elementales de la Naturaleza

En las dimensiones superiores de la naturaleza hay numerosas huestes de Elementales, que se dividen en cinco tipos principales: el éter, el fuego, el aire, el agua y la tierra. Los últimos cuatro grupos fueron nombrados en el ocultismo medieval como: salamandras del fuego, silfos y sílfides del aire, ondinas y nereidas del agua y gnomos y pigmeos de la tierra. Estos seres tienen la tarea de realizar actividades relacionadas con sus respectivos elementos. Son los conductos a través de los cuales funcionan las energías divinas en estos entornos diferentes y son en cada elemento la expresión viva de la Ley. La elementoterapia es el arte de curar a través de los elementales de la naturaleza.

A la cabeza de cada una de estas divisiones hay un gran Ser (Deva o Dios), jefe de una poderosa inteligencia. Él actúa como guía de todo ese Departamento de la Naturaleza, gobernando y animando a los elementales que están bajo su dominio. De esta forma, Agni, dios del fuego, es una poderosa deidad espiritual. Éste se relaciona con las manifestaciones del fuego en todos los planos del universo y mantiene su gobierno a través de las legiones de elementales del fuego (salamandras).

Conociendo la naturaleza de estos elementales y empleando específicos métodos para dominarlos, se realizan los llamados “milagros” o “hechos mágicos” que se registran repetidamente en el periódico. Los cinco dioses que presiden los elementos son: Indra dios de Éter, Agni dios del fuego, Pavana dios del aire, Varuna dios del agua y Kitichi dios de la tierra.

En los libros sagrados de todas las religiones antiguas encontramos expuesto el simbolismo sagrado de muchos vegetales. Es suficiente recordar el Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal en el Jardín del Edén. Un terrible símbolo de la fuerza sexual, en el que se encuentra la redención o la condena del hombre.

La Magia Elemental

El elemental de cada planta tiene su ritual, sus mantras y sus horas que se entregan al médico o mago. Este sabe ordenar con amor e imponerse con afecto ya que conoce el arte de curar a través de los elementales de la naturaleza. El distinguido Maestro Paracelso se expresó en su Fundamento Sapientia: “Hay dos tipos de conocimiento, hay una ciencia y sabiduría médica. La comprensión animal pertenece al hombre animal, pero la comprensión de los misterios divinos pertenece al espíritu de Dios en él”.

Existe una antigua sabiduría médica que tiene sus orígenes en los primeros fundamentos del mundo y que nunca ha cambiado sus fórmulas. Esta sabiduría médica es guardada celosamente por los Maestros de Sabiduría en lugares secretos e inaccesibles para los mercaderes del templo. Con las fórmulas exactas de esta sabiduría médica arcaica, todas las enfermedades pueden curarse, incluso aquellas consideradas incurables.

GNOSIS es el nombre de esta antigua sabiduría médica que desde los albores de la creación nunca ha cambiado sus fórmulas, porque son tan exactas como la tabla pitagórica.

Cada elemental de la naturaleza representa ciertos poderes de la bendita Diosa Madre del Mundo. Pero solo puede ser un Mago Verdadero y un médico quien aprenda a manejar los poderes de la naturaleza, encerrados en cada hierba, cada raíz y cada árbol.

El pensamiento es una gran fuerza, pero todo es dual en la creación. Cualquier intención oculta, si quiere manifestarse, necesitará un instrumento físico que la cubra, ese instrumento y el vegetal que le corresponde. Solo la persona que conoce el secreto de trabajar con los elementales de las plantas es un mago.

El Intercesor Elemental

Todo ser humano tiene un Intercesor o instructor Elemental, que es una parte autónoma del Ser. Originalmente, este instructor elemental estaba hecho de sustancias elementales de la naturaleza y el creador fue el hombre mismo. El hombre creó a su instructor elemental cuando él era un elemental.

Las aspiraciones del hombre elemental generaron su instructor elemental y lo crearon. El Intercesor Elemental del médico gnóstico es un maestro de la elementoterapia.

Debemos recurrir al Intercesor Elemental, pidiéndole que practique el ritual elemental de la planta y conecte la planta elemental al órgano enfermo del paciente. No hay duda de que el Intercesor Elemental unirá la planta elemental al órgano enfermo. A la planta elemental debe de dársele la libertad solo cuando el cuerpo del paciente ha sido curado. Curado el enfermo, se le pide al Intercesor Elemental que libere al elemental vegetal.

¨Como hay millones de plantas medicinales, está claro que nuestros lectores necesitarían ser pozos de sabiduría o Gurus Devas para conocer de memoria los ritos de todas las plantas de la naturaleza. Afortunadamente, cada ser humano tiene su intercesor elemental de la naturaleza, que sí tiene este conocimiento. Luego invoque al médico gnóstico a su intercesor, pidiéndole que practique el rito elemental de la planta, cuya hierba la persona va a arrojar a la maceta, para que conecte este elemental vegetal a los órganos enfermos del paciente.”

Por lo tanto, estos elementales de plantas se conectarán mediante canales astrales a los órganos enfermos del paciente. Así ellos sanarán, porque no son las plantas las que sanan, sino sus elementales. El Instructor Elemental posee la sabiduría suprema de la magia elemental de la naturaleza.

Con su ayuda podemos abrir los registros de la Madre Naturaleza y estudiar la profunda sabiduría contenida en los recuerdos del mundo elemental. Cada vegetal tiene su elemental. Por lo tanto, es necesario rezar al Intercesor Elemental para practicar el rito de cada planta. “El Intercesor Elemental es nuestro propio instructor elemental de la naturaleza¨. Samael Aun Weor