EL DESPERTAR DE LA CONCIENCIA

Para la ciencia oficial el origen del hombre es un enorme y profundo misterio. Y tampoco puede definirla, porque no la puede palpar, no es tangible, pero…tampoco puede negarla.

Así mismo, el sentir que llevamos dentro y que todos experimentamos en algún momento de nuestra vida.

Esto nos lleva a profundos interrogantes: ¿Que es la conciencia? ¿De dónde viene? ¿Cuál es el su estado? ¿Cómo podemos operar o accionar a través de ella?

Los antiguos griegos nos enseñaron que no debemos confundir la conciencia con el intelecto o la mente.

Grandes sabios contemporáneos como Samael Aun Weor:

“Las gentes confunden a la conciencia con la inteligencia o con el intelecto y a la persona muy inteligente o muy intelectual, le dan el calificativo de muy consciente. Nosotros afirmamos que la conciencia en el hombre es fuera de toda duda y sin temor a engañarnos una especie muy particular de “aprehensión” de conocimiento interior, totalmente independiente de toda actividad mental.”

LA CONCIENCIA

Nos da un conocimiento integro de lo real; aquello que es, donde está, y un saber objetivo que realmente se ignora.

Según Sócrates y Aristóteles: “la conciencia es el fundamento de lo que en verdad es.”

Reflexionando: El ser humano: ¿Goza de conciencia real?  ¿Tiene esa sabiduría encarnada? ¿En qué estado se encuentra?

La gnosis nos enseña que la conciencia duerme profundamente y la persona vive con sus ojos abiertos y con su conciencia hipnotizada. Ésta se encuentra embotellada o esclavizada por nuestros defectos psíquicos, a los que comúnmente llamamos egos. Por lo tanto, está condicionada por nuestras formas erradas de vivir y nuestras posibilidades de plena sabiduría son muy pocas. Pero, en el transcurso de nuestra vida nadie nos habló de la conciencia ni que es, ni donde se encuentra o como entrar en contacto con ella y ejercerla.

¡Vivimos con los ojos abiertos, pero no estamos conscientes de nuestra vida!

LA ESENCIA

Nuestra esencia está constituida por un 3% de conciencia libre de condicionamientos y un 97% condicionada por los agregados psicológicos o egos que hemos creado en el transcurso de nuestras vidas.

La esencia libre de condicionamientos se encuentra en un estado de sueño, dormida profundamente por nuestra forma de vivir. Esto lo podemos ver claramente si nos observamos en nuestras tareas cotidianas durante todo el día. Si buscamos algo que tenemos en la mano o si nos pasamos de largo del lugar a donde nos dirigimos, allí podremos vivenciar que en ese momento estábamos con los ojos abiertos, pero profundamente dormidos.

En nuestro día con un poco de esfuerzo podremos hacernos conciente de sí mismos en tan sólo por un par de minutos dirigiendo nuestra atención hacia adentro.

La causa del sueño de la conciencia es el resultado de la forma en que nos hermanamos y encantamos con la vida y sus eventos. No estamos viviendo el momento actual, sino que divagamos en eventos o sucesos pasados o futuros inciertos, y la vida actual pasa desapercibida fuera de nuestra atención.

Esta identificación con nuestros problemas nos hace olvidarnos de nosotros mismos, andamos dormidos, hipnotizados con nuestros eventos. Cuando uno se acuerda de sí mismo, cuando comienza a trabajar sobre sí mismo y no se empareja con todos los sucesos o penas de la vida se dará cuenta que va por la senda correcta.

NECESIDAD DEL DESPERTAR DE LA CONCIENCIA

Cuando hemos llegado a la conclusión de que todo el mundo vive dormido, comprendemos la necesidad de despertar. Cuando uno despierta comprende lo que es.

“La gnosis da esa metodología y enseña el “modus operandi” mediante el cual puede uno ser asistido por fuerzas superiores a la mente.” Samael Aun Weor.

En la antigüedad en la entrada del templo de Apolo en Delfos, Grecia, decía: “Te advierto, quienquiera que fueres tú, que deseas sondear los arcanos de la naturaleza, que si no hallas dentro de ti mismo aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera. Si tú ignoras las excelencias de tu propia casa, ¿cómo pretendes encontrar otras excelencias? En ti se halla oculto el Tesoro de los Tesoros. Hombre, conócete a ti mismo y conocerás el universo y a los dioses”.

La voluntad es nuestra espada del poder, si la cultivamos podremos poco a poco lograr desembotellarla y despertarla. A medida que logremos eliminar un defecto o un vicio aumentaremos conciencia y tendremos más sabiduría y amor.

La conciencia es luz para alumbrar el interior y el exterior. Si nos auto-conocemos podremos despertarla y al ir despertando iremos adquiriendo capacidades que nos orientarán en el camino de liberación psicológica y nos mostrará nuestros propios defectos y maneras de vivir invisibles actualmente para nuestra percepción.

Este proceso de transformación paulatina, gradual y progresiva que nos enseña la gnosis nos conducirá por un sendero de nuevas experiencias directas, que nos permitirá descubrir grandes misterios y enigmas, mágicas o extrañas experiencias que se encuentran ocultas a los sentidos físicos de todo ser humano.

La facultad de la conciencia nos da conocimiento íntegro de lo que es, de donde está, de lo que realmente se sabe y de lo que realmente se ignora de momento en momento.

 “Es necesario dejar de soñar, es necesario despertar conciencia; y ese proceso del despertar debe realizarse en todo momento, en todo lugar. Vivir en plena atención, en plena auto-observación de nosotros mismos. Vivir alerta a lo que pensamos, sentimos y actuamos, hay que dejar de soñar, de vivir fascinados, identificados con todos los problemas.” Samael Aun Weor.

“Si queremos un cambio definitivo de las circunstancias de la vida, se hace necesario que tal cambio se verifique primero dentro de nosotros mismos, si internamente no modificamos nada, externamente la vida continuará con sus dificultades. Ante todo, es necesario hacernos dueños de sí mismos. Mientras uno no sepa gobernarse a sí mismo, tampoco podrá gobernar las circunstancias difíciles de la existencia.” Samael Aun Weor.

Todos los errores de nuestra vida se deben a que se nos olvidamos de nosotros mismos, nos identificamos, nos fascinamos y caemos en el sueño profundo de la conciencia.

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