Cada noche o cada vez que llevamos al descanso nuestro cuerpo físico, el alma sale de éste y se desplaza hacia otra dimensión que se conoce como el mundo de los sueños o plano astral. Así, como en este mundo físico requerimos del cuerpo físico, para interactuar en él, en el mundo astral requerimos de un cuerpo astral para tener las diferentes vivencias que se conocen como sueños, experiencias astrales o visiones en algunos casos.
Además del cuerpo físico que poseemos, estamos dotados de otros cuerpos de los cuales la misma naturaleza nos ha proveído, uno de ellos es el Cuerpo Astral. En el momento en que el Cuerpo Físico duerme, el Cuerpo Astral se desprende de él, es decir, se desdobla y emprende un viaje por una dimensión superior que podemos llamar Mundo Astral. Cuando la persona se despierta, el Cuerpo Astral vuelve rápidamente a ingresar en el Cuerpo Físico. Y en ese momento podemos recordar las experiencias vividas durante el sueño.
Hay quienes no recuerdan nada de cuando estuvieron en el Mundo Astral, hay otras personas que recuerdan sus sueños y hay quienes incluso se dan cuenta durante sus sueños, que están en el mundo Astral. Estas diferencias dependen de varios factores, uno de ellos es el grado de Conciencia Despierta que se posea.
El mundo de los sueños se conoce también, como el mundo de los muertos y los vivos, porque a ese mismo plano de desplazan también las almas de aquellas personas que no residen en este plano físico, es decir, quienes ya desencarnaron o ya murieron. Esta es la razón por la cual es común que mientras el cuerpo físico descansa se experimenten sueños con difuntos o personas fallecidas.
Al despertar lo que sucede es que se regresa al mundo físico desde el mundo de los sueños; hay quienes recuerdan su experiencia o sueño, quienes tienen unos leves recuerdos y quienes nunca o rara vez los recuerdan.
Los sueños son proyecciones de nuestros estados internos. Estados que dependen directamente de los centros que llevan el mismo nombre, por ejemplo:
Cuando durante el sueño se experimentan emociones como miedo, angustia, tristeza, que peleamos, es la manifestación de los miedos o apegos que cargamos internamente; igualmente los sueños con experiencias de alegrías, euforias, que somos halagados posiblemente están relacionados con la vanidad o búsqueda de placer que normalmente se tiende a confundir con felicidad.
Experiencias donde nos vemos defendiéndonos de un peligro por instinto de conservación, tienen relación directa con nuestros propios miedos.
Explica el gran filósofo contemporáneo Samael Aun Weor “que el peor tipo de soñador es precisamente el soñador sexual”
“Quien sueña en pasiones carnales, gastamos torpemente la energía creadora en la satisfacción de nuestros fantasiosos placeres. Por lo común, bajo esas circunstancias, no progresamos en los negocios. Fracasamos en todo sentido y caemos en la miseria”
Son experiencias relacionadas con el elemento egoico del orgullo. Soñar que se da una clase, que se estamos reunidos con intelectuales, que somos aplaudidos en una multitud o que nos hacen reconocimientos en público.
Soñar que practicamos algún deporte, que estamos trabajando, caminando por algún lado, volando sin alas por los aires pasando árboles y montañas, etc.
Así pues, todo sueño tiene su significado por absurdo que parezca, teniendo en cuenta que la mente subconsciente crea sueños fantásticos en el mundo de los sueños, país de los sueños o mundo astral. La calidad de los sueños depende de las creencias del mismo soñador. Es el ego a través de la mente quien los proyecta, convirtiendo estas experiencias en algo inútil, ilusorio, sin importancia.
Con respecto a los sueños Platón dice: “El hombre se conoce por sus sueños”. Los sueños más importantes, las vivencias intimas de la Conciencia se hallan asociadas a los Centros: Emocional Superior y Mental Superior. Estos son los maravillosos sueños proféticos.
La esposa de Julio César, emperador de Roma, vio en sueños caer una estrella y trató de salvar a Julio César, pero como éste no la escuchó, murió asesinado cuando entraba al Capitolio de Roma. Abimelec, Rey de Gerar, raptor de Sara, esposa de Abraham, el místico Patriarca hebreo, se salvó de morir cuando acató humildemente, la orden que en sueños se le dio, en el sentido de que regresara a su esposo, a la mujer raptada y a la cual no había tocado. Estos son algunos ejemplos de sueños catalogados como proféticos.
Obviamente se requiere de una mente que no proyecte; y agotar con mucha disciplina el proceso de no pensar, como preparación para viajar por el mundo astral de manera consciente hasta llegar a conocer las señales de los mundos superiores que serán recibidas a través de nuestro real Ser, de nuestro Padre, que reside en secreto dentro de nosotros mismos.
Los sueños considerados como importantes son vivencias intimas de la Conciencia y se hallan asociadas a los Centros: Emocional Superior y Mental Superior.
Se hace necesario tener presentes algunas recomendaciones como aprender a crear condiciones favorables para el recuerdo, y poner atención al estado en que nos encontramos.
“Para conocer más sobre éste y otros temas te invitamos a nuestros cursos online libres y gratuitos”